El timbre sonó. Era Renato, la visita no era una sorpresa puesto que habíamos coordinado nuestra salida unos minutos antes por msn.
Salí, empezamos a caminar sin rumbo alguno. Fuimos al parque del pozo a comprar un par de hamburguesas donde el Señor Jorge, con harta mostaza. Después de que ambos hayamos tenido nuestras hamburguesas, empezó nuestro recorrido.
Empezamos por Ricardo Palma, la calle mas larga que tiene San Joaquín, recorrimos las siete cuadras mientras hablábamos de diversas cosas. Sus
problemas, los míos, los de otras personas, y cosas que no nos importan en realidad.
Llegamos hasta Los Cóndores, doblamos hacia Los Avestruces para poder ver la calle Las Garzas. Pero ahí no había nadie, así que continuamos con nuestra extensa charla.
Él me contaba todo lo que había sucedido en su vida en el largo tiempo que no hablamos. ¿Quién iba a adivinar que eran tantas cosas?. Pero, sinceramente, no me aburrió en absoluto.
Llegamos al Parque de la Cultura, nuestra charla continuaba. Nos sentamos un momento a admirar la Avenida San José, los pocos autos que pasaban, y las chicas poco agraciadas que nos miraban.
Empecé a contarle mi historia, de como había terminado con ella, de cómo habíamos vuelto después de unas semanas, del modo en que me trata, y cómo la trato yo a ella. Le contaba todo lo sucedido en el colegio, lo que pasaba con mis amigos menores, como mis compañeros de aula me apanaban, como mi Promo estaba en planes de unión, y como estaba en los cursos.
Nos paramos, continuamos con el camino de regreso al Parque Quiñones, caminamos Las Avestruces, Ricardo Palma y llegamos al Parque Quiñones. Nos sentamos en nuestra banca favorita para seguir conversando.
Nuestra conversación duró dos horas, desde la 8.30 PM hasta las 10.30 PM. Fue de esas charlas que tienes con tus amigos, esas charlas donde no importan las estupideces que hablas, donde te siente como si hablaras contigo mismo, por que confías tanto en él que no temes detallarle cada uno de tus secretos.
Pasamos una muy buena noche.
Te quiero on, no cambies jamás.